Los inicios de Olvera no están completamente claros, aunque se han encontrado restos que sugieren una ocupación durante el Neolítico y la época celta. En el término municipal, se descubrió un dolmen en el cortijo de Corbones y diversos artefactos en excavaciones en la plaza de la Iglesia, como cuencos, ollas y fragmentos de vasos. Además, restos de cerámica del siglo III a.C. indican la presencia de los turdetanos en la zona.
Algunos historiadores creen que en las proximidades de la actual Olvera existió un asentamiento celta llamado Caricus. Esta teoría se basa en la legendaria Cenosia, el nombre originario de Olvera, que podría haberse ubicado en el lugar conocido como Vallehermoso durante la época visigoda.
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ToggleÉpoca Romana
En la Sierra de Lijar, se encontraron numerosos restos romanos en 1986, destacando la base de una estatua en honor al emperador Trajano. Estos hallazgos sugieren la existencia de un asentamiento romano en el lugar, posiblemente a finales del siglo III d.C. Los cimientos del castillo de Olvera también son de origen romano, reflejando la importancia estratégica de la localidad en esa época. El nombre del asentamiento podría haber sido Ilipa, Hippa o Hippo Nova, mencionados por Plinio el Viejo en su «Naturalis Historia».
Época Musulmana
A principios del siglo VIII, los musulmanes invadieron la península ibérica, ocupando antiguos núcleos visigodos, incluida la zona de Olvera. Durante esta época, Olvera podría haberse convertido en la «Calcena» descrita por Al-Himyari, una ciudad importante con una gran mezquita construida por Abd Al-Rahmán III. La localidad fue testigo de las sucesivas invasiones norteafricanas, y se han encontrado restos que indican la presencia de los almohades en los siglos XII y XIII.
Reconquista Cristiana
Olvera fue reconquistada por Alfonso XI en 1327, después de varios intentos fallidos. La conquista se planificó en Sevilla como parte de la estrategia para controlar el estrecho de Gibraltar. Tras un asedio, la guarnición musulmana se rindió y se permitió a los habitantes conservar sus viviendas y bienes. La villa fue repoblada mediante una «Carta puebla» que ofrecía la exoneración de penas a los criminales que permanecieran en Olvera durante un año y un día, dando origen al refrán: «Mata al hombre y vete a Olvera».
El nombre de la villa se transformó de «Olivera» a «Olvera» con el tiempo, debido a la abundancia de olivos en la zona. El primer alcaide cristiano de Olvera fue Rui González de Manzanero.
Edad Moderna
Con la consolidación del dominio cristiano, Olvera comenzó a prosperar. En 1487, Nicolás de Ribera «el viejo», nacido en Olvera, participó en la conquista del Perú y fue nombrado primer alcalde de Lima en 1535. Hernando de Luque, otro destacado olvereño, también participó en la conquista del Perú junto a Francisco Pizarro y Diego de Almagro.
En 1562, Pedro Téllez-Girón se convirtió en Duque de Osuna, título que mantendrían hasta 1843. Durante este periodo, la villa desarrolló una pequeña ermita en honor a la Virgen de los Remedios y obtuvo diversos privilegios reales, como la concesión de una feria por Felipe V en 1710.
Siglo XIX
Durante la Guerra de la Independencia, Olvera fue ocupada por tropas francesas en dos ocasiones, sufriendo numerosos daños y pérdidas humanas. La resistencia local incluyó guerrilleros como el franciscano capuchino Antonio Porras y Tomás de Anoria.
En 1833, Olvera fue incorporada a la provincia de Cádiz tras la reforma administrativa que reorganizó España en provincias. En 1868, la revolución conocida como La Gloriosa llevó a cambios en la administración local, y en 1877, Alfonso XII concedió a Olvera el título de ciudad.
Siglo XX
En el siglo XX, Olvera experimentó mejoras significativas en infraestructura, como la construcción de carreteras y la llegada del fluido eléctrico y agua potable. La dictadura de Primo de Rivera trajo un respiro económico con la construcción del Monumento al Sagrado Corazón y la vía férrea Jerez-Almargen.
Durante la Segunda República, el movimiento obrero cobró fuerza en Olvera. La Guerra Civil trajo destrucción y represión, y la posguerra provocó una emigración significativa.
Con la llegada de la democracia en 1978, Olvera inició un proceso de modernización y fue declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1983, consolidándose como un lugar de interés cultural y turístico.
Olvera, con una rica historia que abarca desde la prehistoria hasta la era moderna, es un testimonio vivo de la evolución histórica y cultural de la región. Su patrimonio arqueológico, su importancia estratégica y su capacidad de resiliencia han marcado su desarrollo a lo largo de los siglos, convirtiéndola en una joya histórica en el corazón de Andalucía
